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DON QUIJOTE.

á los caballeros andantes no comer otra cosa sino las frutas que dices; sino que su mas ordinario sustento debia de ser dellas, y de algunas yerbas que hallaban por los campos, que ellos conocian, y yo también conozco.—Virtud es, respondió Sancho, conocer esas yerbas, que, segun yo me voy imaginando, algun dia será menester usar de ese conocimiento. Y sacando en esto lo que dijo que traia, comieron los dos en buena paz y compaña. Pero deseosos de buscar adonde alojar aquella noche, acabaron con mucha brevedad su pobre y seca comida. Subieron luego á caballo, y diéronse priesa por llegar á poblado antes de que anocheciese; pero faltóles el sol y la esperanza de alcanzar lo que deseaban, junto á unas chozas de unos cabreros, y así determinaron de pasarla allí: que cuanto fué de pesadumbre para Sancho no llegar á poblado, fué de contento para su amo dormirla al cielo descubierto, por parecerle que cada vez que esto le sucedia, era hacer un acto posesivo que facilitaba la prueba de su caballería.