Página:El ingenioso hidalgo Don Quijote del Mancha.djvu/103

Esta página ha sido validada
37
CAPÍTULO VII.

tambien que se llamaba el sabio Muñaton.—Freston[1] diria, dijo Don Quijote.—No sé, respondió el ama, si se llamaba Freston ó Friton, solo sé que acabó en ton su nombre.—Así es, dijo Don Quijote, que ese es un sabio encantador, grande enemigo mio, que me tiene ojeriza, porque sabe por sus artes y letras que tengo de venir, andando los tiempos, á pelear en singular batalla con un caballero á quien él favorece, y le tengo de vencer sin que él lo pueda estorbar, y por esto procura hacerme todos los sinsabores que puede: y mándole yo, que mal podrá él contradecir ni evitar lo que por el cielo está ordenado.—Quién duda de eso, dijo la sobrina. Pero ¿quién le mete á vuestra merced, señor tio, en esas pendencias? ¿No será mejor estarse pacífico en su casa, y no irse por el mundo á buscar pan de trastrigo, sin considerar que muchos van por lana y vuelven tresquilados?—¡O sobrina mia, respondió Don Quijote, y cuán mal que estás en la cuenta! Primero que á mi me tresquilen, tendré peladas y quitadas las barbas á cuantos imaginaren tocarme en la punta de un solo cabello.=No quisieron las dos replicarle mas, porque vieron que se le encendia la cólera. Es pues el caso, que él estuvo quince dias en casa muy sosegado, sin dar muestras de querer segundar sus primeros devaneos, en los cuales dias pasó graciosísimos cuentos con sus dos compadres el cura y el barbero, sobre que él decia que la cosa de que mas necesidad tenia el mundo, era de caballeros andantes, y de que en él se resucitase la caballería andantesca. El cura algunas veces le contradecia, y otras concedia, porque si no guardaba este artificio, no habia poder averiguarse con él.

En este tiempo solicitó Don Quijote á un labrador vecino suyo, hombre de bien (si es que este título se puede dar al que es pobre), pero de muy poca sal en la mollera. En resolucion, tanto le dijo, tanto le persuadió y prometió, que el pobre villano se determinó de salir con él y servirle de escudero. Decíale entre otras cosas Don Quijote, que se dispusiese á ir con él de buena gana, porque tal vez le podria suceder aventura que ganase en quítame allá esas pajas alguna ínsula, y le dejase á él por gobernador della. Con estas promesas y otras tales, sancho panza (que así se llamaba el labrador) dejó su muger y hijos, y asentó por escudero de su vecino. Dió luego Don Quijote órden en buscar dineros; y vendiendo una cosa y empeñando otra, y malbaratándolas todas, llegó una razona-

  1. Acaso en el original de Cervantes se leeria Friston, como se dice en el libro de Belianis escrito por el sabio Friston.