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<—41esperaban lo que decir quisiese, con voz agrada ble y reposada, comenzó á decir desta manera :; CAPITULO XXXIX

Donde el cautivo cuenta su vida y sucesos.

En un lugar de las montañas de León tuvo principio mi linaje, con quien fué más agradecida y liberal la naturaleza que la fortuna, aunque en la estrecheza de aquellos pueblos todavía alcanzaba mi padre fama de rico, y verdaderamente lo fuera, si así se diera maña á conservar su hacienda, como se la daba en gastalla. Y la condición que tenía de ser liberal y gastador le procedió de haber sido soldado los años de su juventud; que es escuela la soldadesca, donde el mezquino se hace franco, y el franco, pródigo, y si algunos soldados se hallan miserables, son como monstruos, que se ven raras veces. Pasaba mi padre los términos de la liberalidad, y rayaba en los de ser pródigo, cosa que no le es de ningún provecho al hombre casado, y que tiene hijos que le han de suceder en el nombre y en el sér. Los que mi padre tenía eran tres, todos varones y todos de edad de poder elegir estado. Viendo pues mi padre que, según él decía, no podía irse á la mano contra su condición, quiso privarse del instrumento y causa que le hacía gastador y dadivoso, que fué privarse de la hacienda, sin la cual el mismo Alejandro pareciera estrecho; y así llamándonos un día á todos, tres á solas en un aposento, nos dijo estas razones)