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me vieren andar vestida á lo condesil ó á lo gobernadora, que luego dirán: Mirad qué entonada va la pazpuerca; ayer no se hartaba de estirar de un copo de estopa, y iba á misa cubierta la cabeza con la falda de la saya en lugar de manto, y ya hoy va con verdugado, con broches y con entono, como si no la conociésemos. Si Dios me guarda mis siete ó mis cinco sentidos, ó los que tengo, no pienso dar ocasión de verme en tal aprieto: vos, hermano, idos á ser gobierno ó insulo, y entonaos á vuestro gusto, que mi hija ni yo, por el siglo de mi madre, que nos hemos de mudar un paso de nuestra aldea: la mujer honrada la pierna quebrada y en casa, y la doncella honesta el hacer algo es su fiesta :) idos con vuestro don Quijote á vuestras aventuras, y dejadnos á nosotras con nuestras malas venturas, que Dios nos las mejorará como seamos buenas; y yo no sé por cierto quien le puso á él don, que no tuvieron sus padres ni sus agüelos.

—Ahora digo, replicó Sancho, que tienes algún familiar en ese cuerpo. | Válate Dios la mujer, y qué de cosas has ensartado unas en otras sin tener pies ni cabeza! ¿Qué tiene que ver el cascajo, los broches, los refranes y el entono con lo que yo digo? Ven acá, mentecata é ignorante (que así te puedo llamar, pues no entiendes mis razones, y vas huyendo de la dicha), si yo dijera que mi hija se arrojara de una torre abajo, ó que se fuera por esos mundos, como se quiso ir la infanta doña Urrace, tenías razón de no venir con mi gusto, pero si en dos paletas, y en menos de un abrir y cerrar de ojos te la chanto un don y una señoría á cuestas, y te la saco de los rastrojos, y te la pongo en toldo y en peana, y en un estrado de más almohadas de velludo, que tuvieron moros en su linaje los Al-