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236cible que Roldán, y quién más gallardo y más cortés que Rugero, de quien descienden hoy los duques de Ferrara, según Turpin en su cosmografía? Todos estos caballeros, y otros muchos que pudiera decir, señor cura, fueron caballeros andantes, luz y gloria de la caballería. Destos, ó tales como estos, quisiera yo que fueran los de mi arbitrio, que á serlo, su Majestad se hallara bien servido y ahorrara de mucho gasto, y el turco se quedara pelando las barbas; y con esto me quiero quedar en mi casa, pues no me saca el capellán della: y si Júpiter, como ha dicho el barbero, no lloviere, aquí estoy yo, que lloveré cuando se me antojare: digo esto porque sepa el señor bacía que le entiendo.

—En verdad, señor don Quijote, dijo el barbero, que no lo dije por tanto, y así me ayude Dios como fué buena mi intención, y que no debe vuesa merced sentirse.

—Si puedo sentirme ó no, respondió don Quijote, yo me lo sé.

A esto dijo el cura:

—Aun bien que yo casi no he hablado palabra hasta ahora, y no quisiera quedar con un escrúpulo, que me roe y escarba la conciencia, nacido de lo que aquí el señor don Quijote ha dicho.

—Para otras cosas más, respondió don Quijote, tiene licencia el señor cura, y así puede decir su escrúpulo, porque no es de gusto andar con la conciencia escrupulosaua—Pues con ese beneplácito, respondió el cura, digo que mi escrúpulo es, que no me puedo dir en ninguna manera á que toda la caterva de caballeros andantes de vuestra merced, señor don Quijote, ha referido, hayan sido real y verdade-