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Panza, que es uno de los mejores escuderos que caballero andante ha tenido?

Admirado quedó el canónigo de los desconcertados disparates (si disparates sufren concierto) que don Quijote había dicho, del modo con que había pintado la aventura del caballero del Lago, de la impresión que en él habían hecho las pensadas mentiras de los libros que había leído, y finalmente le admiraba la necedad de Sancho, que con tanto ahinco deseaba alcanzar el condado que su amo le había prometido. Ya en esto volvían los criados del canónigo que á la venta habían ido por la acémila del repuesto, y haciendo mesa de una alfombra y de la verde yerba del prado, á la sombra de unos árboles se sentaron, y comieron allí, porque el boyero no perdiese la comodidad de aquel sitio, como queda dicho. Y estando comiendo, á deshora oyeron un recio estruendo y un són de esquila, que por entre unas zarzas y espesas matas que allí junto estaban sonaba y al mismo instante vieron salir de entre aquellas malezas una hermosa cabra, toda la piel manchada en negro, blanco y pardo: tras ella venía un cabrero dándole voces, y diciéndole palabras á su uso, para que se detuviese ó al rebaño volviese. La fugitiva cabra, temerosa y despavorida, se vino á la gente como á favorecerse della, y allí se detuvo. Llegó el cabrero, y asiéndola de los cuernos, como si fuera capaz de discurso y entendimiento, le dijo:

—Ah cerrera, cerrera, manchada, manchada, y cómo andáis vos estos días de pie cojo? ¿Qué lobos os espantan, hija? ¿No me diréis qué es esto, hermosa? Mas qué puede ser? sino que sois hembra, y no podéis estar sosegada; que mal haya vuestra condición y la de todas aquellas á quien ¿ con la 2ª de Chörte, e que a (1) diferenteto res