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cómico, como todas aquellas partes que encierran en sí las dulcísimas y agradables ciencias de la poesía y de la oratoria; que la épica también puede escrebirse en prosa como en verso.

CAPITULO XLVIII

Donde prosigue el canónigo la materia de los libros de caballeria, con otras cosas dignas de su ingenio.

Así es como vuestra merced dice, señor canónigo, dijo el cura; y por esta causa son más dignos de reprehensión los que hasta aquí han compuesto semejantes libros, sin tener advertencia á ningún buen discurso, ni al arte y reglas por donde pudieran guiarse y hacerse famosos en prosa, como lo son en verso los dos príncipes de la poesía griega y latina.

—Yo á lo menos, replicó el canónigo, he tenido cierta tentación de hacer un libro de caballerías, guardando en él todos los puntos que he significado y si he de confesar la verdad, tengo escritas más de cien hojas, y para hacer la experiencia de si correspondían á mi estimación las he comunicado con hombres apasionados desta leyenda, dotos y discretos, y con otros ignorantes que sólo atienden al gusto de oir disparates, y de todos he hallado una agradable aprobación, pero con todo esto no he proseguido adelante, así por parecerme que hago cosa ajena de mi profesión, como por ver que es más el número de los simples, que de los