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debían esperar ver entrar á su padre por sus puertas hecho gobernador ó visorrey de alguna insula ó reino, le verán entrar hecho mozo de caballos.

Todo esto que he dicho, señor cura, no es más que por encarecer á su paternidad haga conciencia del mal tratamiento que á mi señor le hace, y mire bien no le pida Dios en la otra vida esta prisión de mi amo, y se le haga cargo de todos aquellos socorros y bienes que mi señor don Quijote deja de hacer en este tiempo que está preso.

—Adóbame esos candiles, dijo á este punto ei barbero, ¿también vos, Sancho, sois de la cofradía de vuestro amo? Vive el Señor, que voy viendo que le habéis de tener compañía en la jaula, y que habéis de quedar tan encantado como él, por lo que os toca de su humor y de su caballería. En mal punto os empreñastes de sus promesas, y en mal hora se os entró en los cascos la ínsula que tanto deseáis.

—Yo no estoy preñado de nadie, respondió Sancho, ni soy hombre que me dejaría empreñar del rey que fuese; y aunque pobre, soy cristiano viejo, y no debo nada á nadie; y si ínsulas deseo, otros desean otras cosas peores; y cada uno es hijo de sus obras, y debajo de ser hombre puedo venir á ser papa, cuanto más gobernador de una insula, y más pudiendo ganar tantas mi señor, que le falte á quien darlas. Vuestra merced mire como habla, señor barbero, que no es todo hacer barbas, y algo va de Pedro á Pedro. Dígolo porque todos nos conocemos, y á mí no se me ha de echar dadofalso; y en esto del encanto de mi amo, Dios sabe la verdad; y quédese aquí, porque es peor meneallo.

No quiso responder el barbero á Sancho, porque rake Sy