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Primera parte de don

del braço le tornò à atar â la enzina, donde le dio tantos açotes, que le dexó por muerto. Llamad ſeñor Andres aora, dezia el labrador, al desfazedor de agrauios, vereys como no desfaze aqueſte, aunque creo que no eſtâ acabado de hazer, porque me viene gana de deſollaros viuo como vos temiades: pero al fin le deſatô, y le dio licencia que fueſſe a buſcar a ſu juez, para que executaſſe la pronunciada ſentencia. Andres ſe partio algo mohino, jurando de yr á buſcar al valeroſo don Quixote de la Mancha, y contarle punto por punto lo que auia paſſado, y que ſe lo auia de pagar con las ſetenas. Pero con todo eſto el ſe partio llorando, y ſu amo ſe quedò riendo, y deſta manera deshizo el agrauio el valeroſo don Quixote, el qual contẽtiſsimo de lo ſucedido, pareciendole que auia dado feliciſsimo, y alto principio a ſus cauallerias, con gran ſatisfacion de ſi miſmo yua caminando hàzia ſu aldea, diziendo a media voz: Bien te puedes llamar dichoſa ſobre quantas oy viuen en la tierra, ò ſobre las bellas bella Dulcinea del Toboſo, pues te cupo en ſuerte, tener ſujeto, y rendido â toda tu voluntad, ê talante, à vn tan valiente, y tan nombrado cauallero, como lo es, y ſerà don Quixote de la Mancha: el qual (como todo el mundo ſabe) ayer recibio la orden de caualleria, y oy ha desfecho el mayor tuerto, y agrauio, que formò la ſinrazon, y cometio la crueldad. Oy quitò el latigo de la mano à aquel deſapiadado enemigo, que tan ſin ocaſion vapulaua à aquel delicado infante. En eſto llegò â vn camino que en quatro ſe diuidia, y luego ſe le vino â la imaginacion las encruxiadas donde los caualleros andantes ſe ponian à penſar qual camino de aquellos tomarian: y por imitarlos, eſtuuo vn rato quedo, y al cabo de auerlo muy bien penſado ſoltô la rienda à Rozinante, dexando à la voluntad del rozin la ſuya, el qual ſiguio ſu primer intento, que fue el yrſe camino de ſu caualleriza. Y auiendo andado como dos