la Mancha.
VENTA El El ſabio Cide Hamete Venengeli, que don Quixote ſe deſpidio de ſus hueſpedes, y de todos los que ſe hallaron al entierro del paſtor Griſoſtomo: el y ſu eſcudero ſe entraron por el meſmo boſque, donde vieron, que ſe auia entrado la paſtora Marcela» Y auiendo andado mas de dos horas por el buſcandola por todas partes ſin poder hallarla, vinieron a parar a vn prado lleno de freſca yerua,junto del quaI corria vn arroyo apazible, y freſco: tanto, que combidó, y forçò a paſſar alli las horas de la ſieſta, que riguroſamente començaua ya a entrar. Apearonſe don Quixote, y Sancho, dexando al jumento, y a Rozinante a ſus anchuras pacer de la mucha yerua que alli auia dieron faco a las alforjas, y ſin ceremonia alguna,en buena paz, y compañía amo, y moç comieron, lo que en ellas hallaron. No ſe hauia curado Sancho de echar ſueltas a Rozinante, ſeguro de que le coinocia por tan manſo, y tan poco rijoso, que todas las yeguas de la deberá de Cordoua no le hizieran tomar mal ſi
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