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José Ingenieros

rística es imitar á cuantos le rodean: pensar con cabeza ajena.

El superior es un accidente provechoso para la evolución humana. Es original é imaginativo, desadaptándose del medio social en la medida de su propia variación. Ésta se sobrepone á los atributos hereditarios del «alma de la especie» y á las adquisiciones imitativas del «alma de la sociedad», constituyendo las aristas singulares del «alma individual» que lo distingue dentro de su grey. Es idealista, precursor de nuevas formas de perfección: piensa mejor que la sociedad en que vive.


III.—Función social de la mediocridad.

Todo lo que existe es necesario. Los mediocres son útiles para el equilibrio social: poco importa que ellos se cuenten por millares y los idealistas en dedos de una mano. Sin la sombra ignoraríamos el valor de la luz. La infamia nos induce á respetar la virtud; la miel no sería dulce si el acíbar no enseñara á paladear la amargura; admiramos el vuelo del águila porque conocemos el arrastramiento de la oruga; encanta más el gorjeo del ruiseñor cuando se ha escuchado el silbido de la serpiente. De igual manera todo hombre posee un valor de contraste, si no lo tiene de afirmación; es un detalle necesario en la infinita evolución del protohombre al superhombre. El mediocre, peldaño