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El hombre mediocre

El "hombre normal" de Bovio y de Lombroso, corresponde al "filisteo" de Heine y de Schopenhauer, aproximándose ambos al "burgués" antiartístico de Flaubert y Barbey D'Aurevilly. Pero, fuerza es reconocerlo, tales definiciones son inseguras desde el punto vista de la psicología social; conviene buscar una más exacta e inequívoca, abordando el problema por otros caminos.

IV . CONCEPTO SOCIAL DE LA MEDIOCRIDAD

Ningún hombre es excepcional en todas sus aptitudes; pero podría afirmarse que son mediocres, a carta cabal, los que no descuellan en ninguna. Desfilan ante nosotros como simples ejemplares de historia natural, con tanto derecho como los genios y los imbéciles. Existen: hay que estudiarlos. El moralista dirá, después, si la mediocridad es buena o mala; al psicólogo, por ahora, le es indiferente: observa los caracteres en el medio social en que viven, los describe, los compara y los clasifica, de igual manera que otros naturalistas observan fósiles en un lecho de río o mariposas en la corola de una flor.

No obstante las infinitas diferencias individuales existen grupos de hombres que pueden englobarse dentro de tipos comunes; tales clasificaciones, simplemente aproximativas, constituyen la ciencia de los caracteres humanos, la Etiología, que reconoce.en Teofrasto su legítimo progenitor. Los antiguos fundábanla sobre los temperamentos; los modernos buscan sus bases en la preponderancia de ciertas funciones psicológicas. Esas clasificaciones, admisibles desde algún punto de vista especial, son insuficientes para el nuestro.

Si observamos cualquier sociedad humana, el valor de sus componentes resulta siempre relativo al conjunto: el hombre es un valor social.

Cada individuo es el producto de dos factores: la herencia y la educación. La primera tiende a proveerle de los