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José Ingenieros

prejuicios que heredó de sus antepasados. En estas líneas refléjanse las invectivas, ya clásicas, de Heine contra la mentalidad que él creía corriente entre sus compatriotas.

Por su parte, Schopenhauer, en sus Aforismos, definió el perfecto filisteo como un ser que se deja engañar por las apariencias y toma en serio todos los dogmatismos sociales: constantemente ocupados de someterse a las farsas mundanas.

A esas definiciones del hombre medio pueden aproximarse otras de carácter intelectual o estético, no exentas de interés, aunque unilaterales. Para algunos, la mediocridad consistiría en la ineptitud para ejercitar las más altas cualidades del ingenio; para otros, sería la inclinación a pensar a ras de tierra. Mediocre correspondería a Burgués, por contraposición a Artista; Flaubert lo definió como "un hombre que piensa bajamente". Juzgado con ese criterio, le parece detestable.

Tal resulta en la magnífica silueta Hello, traspapelado prosista católico que nos enseñó a admirar Rubén Darío. Distingue al mediocre del imbécil; éste ocupa un extremo del mundo y el genio ocupa el otro; el mediocre está en el centro. ¿Será, entonces, lo que en filosofía, en política o en literatura, se llama un ecléctico o un justomedio? De ninguna manera, contesta. El que es justo—medio lo sabe, tiene la intención de serlo; el hombre mediocre es justo—medio sin sospechardo. Lo es por naturaleza, no por opinión; por carácter, no por accidente. En todo minuto de su vida y en cualquier estado de ánimo, será siempre mediocre. Su rasgo característico, absolutamente inequívoco, es su deferencia por la opinión de los demás. No habla nunca; repite siempre. Juzga a los hombres como los oye juzgar. Reverenciará a su más cruel adversario, si este se encumbra; desdeñará a su mejor amigo si nadie lo elegia. Su criterio carece de iniciativas. Sus admiracionesson prudentes. Sus entusiasmos son oficiales. Esa definición descriptiva, análoga a las que repitiera Barbey D'Aurevilly, — posee muy sugest ocuencia, aunque parte de premisas estéticas para llegar a conclusiones morales.

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