Página:El hombre mediocre. Sexta edición (1926).pdf/51

Esta página no ha sido corregida
47
El hombre mediocre

" 4.


47 des equilibrados, a Leonardo y a Goethe, con los amorfos?

El equilibrio entre dos platillos cargados no puede compararse con la quietud de una balanza vacía. El hombre sin personalidad no es un modelo, sino una sombra; si hay peligros en la idolatría de los héroes y los hombres representativos, a la manera de Carlyle o Emerson, más los hay en repetir esas fábulas que permitirían mirar como una aberración toda excelencia del carácter, de la virtud y del intelecto. Bovio ha señalado este grave yerro, pintando al hombre medio con rasgos psicológicos precisos: "Es dócil, acomodaticio a todas las pequeñas oportunidades, adaptabilísimo a todas las temperaturas de un día variable, avisado para los negocios, resistente a las combinaciones de los astutos; pero dislocado de su mediocre esfera y ungido por una feliz combinación de intrigas, él se derrumba siempre, en seguida, precisamente porque es un equilibrista y no lleva en sí las fuerzas del equilibrio. Equilibrista no significa equilibrado. Ese es el prejuicio má grave, del hombre mediocre equilibrado y del genio desequilibrado".

En sus más indulgentes comentaristas, ese pretendido equilibrio se establece entre cualidades poco dignas de admiración, cuya resultante provoca más lástima que envidia. Alguna vez recibió Lombroso un telegrama decididamente norteamericano. Era, en efecto, de un gran diario, y solicitaba una extensa respuesta telegráfica a la pregunta presentada con la sugerente recomendación de un cheque:¿Cuál es el hombre normal? La respuesta desconcertó, sin duda, a los lectores. Lejos de alabar sus virtudes, trazaba un cuadro de caracteres negativos y estériles:

buen apetito, trabajador, ordenado, egoista, aferrado a sus costumbres, misoneísta, paciente, respetuoso de toda autoridad, animal doméstico". O, en más breves palabras, fruges consumere natus, que dijo el poeta latino.

Con ligeras variantes, esa definición evoca la del Filisteo: "Producto de la costumbre, desprovisto de fantasía, ornado por todas las virtudes de la mediocridad, llevando una vida honesta gracias a la moderación de sus exigencias, perezoso en sus concepciones intelectuales, sobrellevando con paciencia conmovedora todo el fardo de