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pura y equitativa unión ».—No es corona sinó timbre del escudo un Sol; el Sol no es naciente, sino en meridiano; y tampoco lo rodean dos gajos de laurel, sino la corona del Triunfo y de la Gloria. El dibujo mencionado en la circular con sus impropios colores, litografía de G. Kraft, fué publicado entre las páginas 512 y 513 del Boletín Mensual del Ministerio de Relaciones Exteriores, primer semestre de 1885. El mismo contiene estos errores: bordura externa que no existe en el original, guirnalda en lugar de corona de laurel, esmalte azur por azur ligero ó blanco, gorro frigio indebidamente contornado y sin dobladura en la base, manos movientes rectas en vez de inclinadas y fruta en el laurel. El Sol de la bandera difiere del Sol del escudo.


XV


La lámina II contiene el escudo de la República Argentina en la forma sancionada por la Asamblea General Constituyente de 1813.[1] Los documentos, cuños y dibujos oficiales de la época han sido escrupulosamente estudiados. El pintor italiano Ricardo Teodori bosquejó los cartones de cada símbolo. El señor Adolfo Wolf, jefe del taller artístico de la casa de Jacobo Peuser, compuso con esos elementos, ambos aconsejados y vigilados por mí, el dibujo definitivo, verdadero y estrictamente legal, del escudo y de las ban-

  1. El dibujo de la lámina II y los capítulos IV á XI de este estudio histórico fueron sometidos en prueba de respetuoso homenaje á los ilustres jefes de las dos escuelas históricas argentinas, teniente general Bartolomé Mitre y doctor Vicente Fidel López.—He aquí las palabras con que se dignaron devolverme los documentos;
    Julio 17 de 1900.


    Señor doctor don Estanislao S. Zeballos.

    Mi muy querido amigo:—He leído con muchísima atención las páginas que Vd. dedica al «Escudo Nacional» y le declaro que no solo me han gustado mucho sino que he aprendido en ellas cosas que no sabia en detalle, pues á pesar de lo interesante de la materia ella no se ha tocado con los trabajos históricos que me ocupaban.—Yo he tomado esos símbolos en conjunto como los había hallado; pero Vd. profundiza de tal modo los detalles concurrentes al estudio y á la adopción del «Escudo Nacional» que no me deja duda ninguna acerca del genuino mérito de cada uno de los accidentes del dibujo; resultando probado que todos ellos se basan en el estudio científico de la heráldica: que el sol está tomado en su forma clásica por los rayos alternados en su esfera y que la corona de laureles así como la pica y el gorro frigio que sostienen, son evidentemente una reminiscencia ó reproducción clásica también, es decir completamente griega y tradicional en las ideas de la rasa.

    Todo prueba el dominio que al principio de nuestra revolución ejercía el clasicismo latino en la imaginación y en los propósitos libertadores de nuestros padres.

    Acepto, pues, todas las conclusiones á que Vd. arriba en el artículo dicho; y no me cabe la menor duda del acierto y veracidad con que Vd. ha hecho el estudio del «Escudo Nacional».

     Su amigo

    Vicente F. López.


    Bartolomé Mitre

    Saluda afectuosamente al señor doctor Estanislao S. Zeballos y le devuelve las pruebas de su escrito, que ha leído con mucho interés. No necesita pase mi visto bueno, pues, la materia está tratada con tal originalidad y erudición, que lleva en sí la prueba y cuyas conclusiones se imponen naturalmente. Con este motivo agradece los opúsculos que le ha enviado.

     Julio 17 de 1900.


    Quedan así definitivamente restaurados á su forma legal las banderas y el Escudo de la República.—( E. S. Z.)