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un poco. Y esta vez tuve un momento de vacilación para acordarme de qué mes precedía a noviembre.

"Sí, sí... no recuerda usted bien el orden de los meses—dijo el director negligentemente, como de pasada, dirigiéndose más bien a los estudiantes que a mí—. Esto ocurre con frecuencia cuando el sistema nervioso está un poco trastornado... Bien, continúe usted... Le escucho...

"La cólera me ahogaba y no podía conservar ya mi sangre fría. Lo confieso, aquello fué en extremo imprudente. Quizá aquel acceso de cólera me iba a perder para toda la vida, pero la insolencia del director me puso fuera de mí, y le grité con furia:

"¡Idiota! ¡Imbécil! ¡Está usted más loco que yo!" "Le repito que esto fué bestial, un verdadero acto de locura por parte mía, pero, ¡si usted hubiera visto cómo me trataba!

"Hizo una señal con los ojos. Inmediatamente los enfermeros se arrojaron sobre mí por todas partes. Excitado por una cólera terrible, golpeé a uno de ellos. Me tiraron al suelo y me ataron.

"—Esto se llama en patología "raptus", un impulso inesperado y muy violento—oí decir con voz tranquila al director, en el momento en que los enfermeros me sacaban de la sala....

"Le suplico, señor subdirector, que compruebe todo lo que acabo de escribir. Si obtuviera usted