Durante el trayecto fué injuriando a todo el mundo, haciendo gestos trágicos, lanzando miradas furibundas.
V
Llegó al asilo completamente borracho, extraviados los ojos, con el labio inferior colgando y los cabellos en desorden. Cuando entró en el salón, cruzó los brazos sobre el pecho con un ademán teatral, bajó la cabeza y, con los ojos desmesuradamente abiertos y una voz terrible, empezó a recitar un monólogo de "Hamlet":
¿Por qué no te derrumbas hecho polvo?
¿Por qué eres tú tan fuerte, ¡oh!, cuerpo humano?
—¡Miradle! ¡Qué bonito está!...—dijo Stakanich moviendo la cabeza despreciativamente.
— Tijon!—gritó Mijalenko—. ¡Acuesta inmediatamente a ese animal borracho!
Pero Slavianov—Raysky no hizo el menor caso de sus compañeros y siguió declamando. A pesar de su estado de embriaguez, a pesar de su voz ronca y cascada, declamaba muy bien, en el estilo exagerado y noble de los artistas de la vieja escuela.
¡Si Dios no nos hubiera, ¡ah!, prohibido el suicidio!
¡Dios todopoderoso! ¡Cuán mezquinas e inútiles y cobardes son todas las acciones humanas!...
—¡Eh, tú, apuntador!—gritó dirigiéndose a Stakanich. Por qué no cumples con tu deber?
¡Dame acá más versos!