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Esto supuesto; cuando todo el gobierno está en manos de un solo hombre, la voluntad particular y la de corporacion se hallan perfectamente reunidas, y por consiguiente esta última está llevada al mas alto grado de intensidad posible. Y como de los grados de voluntad depende el uso de la fuerza, y la fuerza absoluta del gobierno no varía, de aqui se sigue que el gobierno de un solo hombre es el mas activo de todos.

Unamos, por el contrario, el gobierno á la autoridad legislativa, formémos el príncipe con el soberano y hagamos de todos los ciudadanos otros tantos magistrados: en tal caso la voluntad de corporacion, confundida con la voluntad general, no tendrá mas actividad que esta, y dejará en toda su fuerza la voluntad particular. Asi es que teniendo siempre el gobierno la misma fuerza absoluta, estará en su minimum de fuerza relativa ó de actividad.

Estas relaciones son incontestables, y no faltan otras consideraciones que sirven para confirmarlas. Se observa por ejemplo, que cada magistrado es mas activo en su corporacion que cada ciudadano en la suya, y que por consiguiente la voluntad particular tiene mas influencia en los actos del gobierno que en los del soberano, porque cada magistrado casi siempre está encargado de alguna comision del gobierno, cuando por el contrario cada ciudadano aisladamente no ejerce ninguna funcion de la soberanía. Por otra parte, cuanto mas se estiende el estado, tanto mas se au-