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bierno. Diferentes leyes solo pueden engendrar desórdenes y confusion entre unos pueblos, que viviendo sujetos á los mismos gefes y en una continua comunicacion, van á vivir y á casarse los unos en los distritos de los otros, y sometidos á otras costumbres, jamás saben si su patrimonio es del todo suyo. Los talentos están ocultos, las virtudes ignoradas, los vicios impunes, entre esta multitud de hombres desconocidos los unos á los otros, y á quienes el sitio de la suprema administracion reune en un mismo lugar. Los gefes abrumados de negocios, no vén nada por sí mismos; y los subalternos gobiernan el estado. En fin las medidas que se han de tomar para sostener la autoridad general, á la cual tantos empleados lejanos quieren sustraerse ó engañar, absorben todos los cuidados públicos; no se toman las convenientes á la felicidad del pueblo, y apenas se pueden tomar las necesarias para su defensa en caso de necesidad, y asi es como un cuerpo demasiado grande por su constitucion se desploma y perece oprimido por su propio peso.

Por otra parte, el estado debe darse cierta base para tener solidez, para resistir á los sacudimientos que no dejará de esperimentar, y á los esfuerzos que se verá precisado á hacer para sostenerse; pues todos los pueblos tienen una especie de fuerza centrífuga, por medio de la cual obran continuamente los unos contra los otros, y tienden á engrandecerse á espensas de sus vecinos, como los torbellinos de Descartes. Asi es que los débiles están es-