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Las tropas cristianas son escelentes, se nos dice. Es falso; ó sino que me enseñen algunas que lo sean. Por lo que á mi toca, no conozco tropas cristianas. Se me citarán los cruzados. Sin disputar sobre su valor, haré observar que lejos de ser cristianos, eran soldados del sacerdote y ciudadanos de la iglesia, que combatian por el pais espiritual de esta, que se habia convertido en temporal sin saber como. Hablando propiamente, esto es volver á entrar en el paganismo: como el Evangelio no establece una religion nacional, toda guerra sagrada es imposible entre los cristianos.

En tiempo de los emperadores paganos, los soldados cristianos eran valientes: todos los autores cristianos lo aseguran, y yo lo creo, porque habia una emulacion honrosa con las tropas paganas. Apenas los emperadores fueron cristianos, dejó de ecsistir esta emulacion; y cuando la cruz hubo reemplazado al águila, todo el valor romano desapareció.

Mas dejando á parte las consideraciones políticas, volvamos al derecho, y establezcamos los principios acerca de este importante objeto. El derecho que el pacto social da al soberano sobre sus súbditos no traspasa, como tengo dicho, los límites de la pública utilidad [1]. Luego los súbditos no deben dar cuenta al soberano de sus opiniones, sino en cuanto

  1. En la república, dice el Marqués de Argenson, cada cual es del todo libre en lo que no daña á los demás. He aquí los límites invariables, que no es