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derramada contra las leyes, reconvencion que no se hubiera podido hacer á un dictador. Pero la elocuencia del consul lo arrastró todo; y él mismo, á pesar de ser Romano, prefiriendo su gloria á su patria, no tanto buscó el medio mas lejítimo y mas seguro para salvar el estado, como el de tener todo el honor de este negocio [1]. Por esto hubo justicia en honrarle como libertador de Roma y en castigarle como infractor de las leyes. Por mas gloriosa que haya sido su vuelta del destierro, siempre es cierto que fué una gracia.

Por lo demas, de cualquier modo que se confiera esta importante comision, conviene fijar su duracion á un término muy corto, que no pueda prolongarse jamás. En las crísis, en que es preciso establecerla, el estado se halla bien pronto destruido ó salvado; y pasada la urgente necesidad, llega á ser la dictadura tiránica ó inútil. Á pesar de que en Roma los dictadores sola eran nombrados para seis meses, casi todos abdicaron antes de este término. Si el término hubiese sido mas largo, quizás hubieran intentado prolongarle aun, como hicieron los decemviros con el de un año. El dictador solo tenia el tiempo preciso para remediar la necesidad que le habia hecho elejir; pero no le tenia para formar otros proyectos.

  1. Esto es lo que él no estaba cierto de lograr proponiendo un dictador, pues no se atrevia a nombrarse á si mismo y no podia estar seguro de que su colega le nombrase.