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SOCIAL.

mismas cenizas, y vuelve á tomar el vigor de la Juventud saliendo de los brazos de la muerte. Tal fué Esparta en tiempo de Licurgo, tal Roma despues de tos Tarquinos, y tales han sido entre nosotros la Holanda y la Suiza despues de la expulsion de los Tiranos.

Mas estos sucesos son raros, y son excepciones cuya razon se halla siempre en la constitucion particular de un Estado exceptuado, y no podrian suceder dos veces en un mismo Pueblo; por que él no podra hacerse libre miéntras no dexe de ser bárbaro, y no dexará de serlo miéntras que no este en uso el resorte civil. Entónces las turbaciones pueden destruirle, sin que las revoluciones puedan restablecerle, y tan pronto como quebranta las cadenas, cae esparcido y no existe mas. Necesita de allí adelante un Señor, y no un Libertador. ¡Pueblos libres! acordaos de esta máxima: se puede adquirir la libertad; pero no se recobra jamas.

Hay para las Naciones como para los hombres un tiempo de madurez que es necesario esperar ántes de someterlas á las leyes; mas la madurez de un Pueblo no es siempre fácil de conocerse, y si se quiere adelantar, la obra queda imperfecta. Tal Pueblo es disciplinable en su