dedicó su traduccion al Rey de Inglaterra, Jorge I; pero por desgracia la expulsion de Jacobo, que él llama abdicacion, le obligo á la reserva, á huir el cuerpo, y á tergiversar por no hacer de Guillermo un usurpador. Si estos dos escritores hubieran adoptado los verdaderos principios, todas las dificultades estarian desvanecidas y hubieran sido siempre consiguientes, pero entónces hubieran dicho tristemente la verdad, y hubieran hecho la Corte al Pueblo. La verdad no hace afortunados, y el Pueblo no da ni embaxadas, ni puestos, ni pensiones.
Se sigue de lo dicho que la voluntad general es siempre recta, y camina á la utilidad pública; pero no se sigue que las deliberaciones del Pueblo tengan siempre la misma rectitud: siempre quiere el bien, mas no siempre lo logra. El Pueblo jamas se corrompe; pero muy á menudo se le engaña, y entónces es quando parece querer lo que le esta mal.