Página:El ciego de Maipu - Jose J. Biedma.pdf/9

Esta página ha sido validada
— 7 —

Amarú, tomaria nérvio en la plaza de la Victoria de Buenos Aires y concluiría con el último cañonazo de Ayacucho.

Aquel chispazo eléctrico que sacudió con potente estremecimiento la tierra de San Martin y de Belgrano desde el Desaguadero á las rejiones heladas del Cabo de Hornos, descargó en el corazon de los estudiantes de Córdoba que abandonaron libros y antigüos mamotretos para empuñar el fusil de los libertadores.

El sentimiento revolucionario que fermentaba en el seno del pueblo estalló el 25 de Mayo de 1810 con tan irresistible potencia que pulverizó en pocos instantes el poderio español en el Plata y esparciéndose hasta el lejano Quito quebró allí las cadenas de hombres esclavos que tenian alma de hombres libres.

Las tropas patricias partieron de Buenos Aires, llegaron á Córdoba, pasaron y dieron á la historia Cotagaita, Suipacha, Huaquí, Tucuman, Las Piedras y Salta.

Chile se levantó contra el poder español; en 1813 la junta. revolucionaria de aquel pais pidio auxilio al arjentino que nunca fué sordo al clamor de los menesterosos de libertad: el Triunvirato ordenó marchára en su favor una columna de trescientos soldados.

D. Santiago de la Carrera, Gobernador intendente de Córdoba, recibió el mandato de organizarla é hizo resonar á los clarines el toque de llamada en nombre de la Pátria.