Página:El camarero (1920).pdf/12

Esta página no ha sido corregida
8
 

aguantado tanto! Es escribiente en un puesto de policía, de lo que está muy orgulloso. Sospecha de todo el mundo, ve enemigos en todas partes. Yo le había hecho saber cortésmente que me era imposible seguir alojándole en casa, porque era demasiado descontentadizo, y porque, además, casi siempre estaba borracho. Esto le había enfurecido. ¡Qué escándalo nos armó!... Y el caso es que nosotros siempre habíamos sido muy amables con él, y hasta le temíamos un poco, pues Kolia aseguraba que, valiéndose de su empleo, nos podía hacer daño.

Yo discutía a menudo con Kolia acerca de mi oficio de camarero; desde que el muchacho era ya crecido y tenía cierta instrucción, le hacía sufrir mucho que su padre fuera criado. Echov—tal es el nombre de nuestro huésped, que no lo ignoraba, se complació en humillarme delante de él. ¡Se atrevió a acusarme de que robaba a los clientes! Si no se apresura a encerrarse con llave en su cuarto, creo que lo mato. Poco después me mandó un recadito con Niucha, mi mujer. Se excusaba de haberme dicho palabras tan mortificantes, y me proponía pagarme cincuenta kopeks más al mes si le dejaba seguir en casa. Como es natural, yo no acepté. No quería un huésped que pagaba su habitación sin ninguna puntualidad y nunca de una vez, y de quien no se podía esperar nada bueno, pues es un hombre extraño que siempre entra y sale callandito y procurando no encontrarse con nadie.