Página:El camarero (1920).pdf/112

Esta página no ha sido corregida
108
 

vía en nuestra casa... y, llevado de su mala voluntad al muchacho...

El director volvió a interrumpirme, encolerizadísimo: —¡Basta, basta de cuentos! Todo eso me tiene sin cuidado Le prevengo a usted que si no toma sus medidas, acabaremos mal. Yo hubiera podido enviar estas denuncias a la policía; pero no quiero que el buen nombre de nuestro liceo...

Con un arrebato a cada momento mayor, me habló de sus desvelos para mantener el liceo a la altura de su fama, de la mala hierba que el labrador debe arrancar, de las malas ovejas que envician a todo el rebaño. No había manera de meter baza.

Al cabo, el cansancio le obligó a hacer una pausa, y yo aproveché la ocasión para decir algo a mi vez.

—Créame su excelencia: cuanto ha escrito Echov, nuestro huésped, que se ahorcó ayer, es mentira... Kolia es un buen muchacho que sólo se ocupa en sus estudios... Echov nos ha hecho mucho daño...

Pero el director volvió a encolerizarse y no me dejó continuar.

—¡Basta, basta de cuentos! Nada de eso nos interesa. Si su hijo de usted no le pide perdón al profesor delante de toda la clase, le expulsaremos del liceo.

—¡Tenga su excelencia piedad! Hará todo cuanto se le exija. Les pedirá perdón a todos los pro-