Debe tenerse siempre la dama en juego libre, pues siendo la principal pieza, no debe limitarse su accion por el cebo de un peon ó pieza.
Debe oponerse casi siempre dama á dama.
La reina debe ampararse de los peones en las primeras jugadas.
Puesta al principio de partida en terreno enemigo, causa un daño irreparable; pero eso le es muy difícil, y aun sucedido así, debe cuidar mucho de no ser asediada y presa de las piezas enemigas.
La reina dá fácilmente jaque á cualquiera pieza, y puede dar mate á las pocas jugadas cuando los reyes quedan solos.
Cuando la reina dá jaque al rey, apoyada en otra pieza, debe acercársele lo mas posible para dejarle menos puntos de retirada.
La reina, por causa de su mayor importancia, suele recibir aviso de jaque, aunque no es de ley; pero á veces puede uno querer que le prendan la reina por conseguir el empate ó rey ahogado, y véase como entonces habria convenido que no se diese aviso.
La reina debe jugar mas que el caballo pero con mas cautela.
Dá fácilmente jaques dobles á torre y alfil, amenazando á este como torre y á aquella como alfil: los dá tambien á rey y otra pieza y, sobre todo en los finales, á rey y torre.
La escelencia de la reina no ha de hacer al juga-