zaruno de ellos; pero tampoco deben separarse de esa posicion, sino esperar á pié firme protegidos por el mismo rey.
A una masa de peones enemigos enfilados contra el rey debe este oponer los suyos.
Debe especularse con los mismos peones contrarios, pues á veces uno de estos conviene como propio, para que evite la enfilada enemiga, sobre todo de las torres; y otras para cubrirse con ellos de las piezas mayores.
Los peones reunidos al rey suelen, cuando no avanzar con éxito hasta coronarse, á lo menos defenderse hasta hacer tablas la partida.
El peon que llega á la base contraria se convierte en dama, segun los mas[1] aunque esté la primitiva en el tablero. Esto es lo mas justo; pero lo mas usual y equitativo es no pedir dama si la hay, sino otra pieza.
- ↑ Entre ellos La-Bourdonnais.