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48 — Tratado de la Pintura

§ CII.

De la variedad que se percibe en los colores de los objetos lejanos y los próximos.

Siempre que un objeto sea mas oscuro que el aire, cuanto mas remoto se vea, tanto menos oscuridad tendrá; y entre los que son mas claros que el aire, cuanto mas apartado se halle de la vista, tanta menor claridad tendrá; porque entre las cosas mas claras y mas oscuras que el aire, variando su color con la distancia, las primeras disminuyen su claridad, y las segundas la adquieren.


§ CIII.

Cuánta haya de ser la distancia para que enteramente pierda un objeto su color.

Los colores de los objetos se pierden á una distancia mas ó menos grande, respecto á la mayor ó menor altura de la vista ó del objeto. Pruébase esto por la proposición que dice: el aire es tanto mas ó menos grueso, cuanto mas ó menos próximo á la tierra sea; y asi estando cerca de la tierra la vista y el objeto, entonces lo grosero del aire interpuesto alterará mucho el color que tenga este; pero si ambos se hallan muy elevados y remotos de la tierra, como ya es el aire muy delgado y sutil, será poca la variación que reciba el color del objeto; y tanta es la variedad de las distancias, á las que pierden su color los objetos, cuantas son las diferencias del dia, y los grados de sutileza del aire por donde penetran las especies del color á la vista.