izquierda como los Hebreos, y de esta manera estaban escritos aquellos trece volúmenes de que hemos hecho mención; pero como la letra era buena y clara, se leian con facilidad por medio de un espejo. Es probable que en esto llevase el fin de que no todos leyesen sus obras.
La empresa del canal de Mortesana le dio ocasión de escribir un libro de la naturaleza, peso y movimiento del agua, el cual estaba lleno de varios dibujos de ruedas y máquinas para molinos, y para arreglar el curso de las aguas y elevarlas.
Escribió también, como hemos dicho, un tratado de la Anatomía del cuerpo humano, igualmente enriquecido con dibujos hechos con sumo estudio y diligencia, de la cual hace mención el autor en el § XXII de esta obra. Del tratado de la Anatomía del caballo habla el Vasari, Borghini y Lomazo; y habiendo sido Vinci tan primoroso en modelarlos y pintarlos, como demuestra el cuadro de los ginetes combatiendo que se ha referido, es preciso que esta obra fuese tan bella como útil.
En los §§ LXXXI y CX de esta obra se cita un tratado de Perspectiva del mismo autor dividido en varios libros, y tal vez en él estaría explicado el modo de formar las figuras mayores del natural que tanto alaba Lomazo al capítulo 4.° de la Idea.
En los §§ CXII y CXXIII promete escribir un libro de los movimientos del cuerpo y de sus partes; materia anatómica que nadie ha tocado hasta el presente.
También promete en el § CCLXVIII otro libro de la equiponderacion del hombre.
El tratado de las luces y las sombras se halla hoy día