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164 — Tratado de la Pintura

donde entró, de modo qae no puedan trocarse. Sáquese la figura de barro, y métase la piedra, la cual se irá desbastando por su circunferencia hasta que las varas se escondan en ella en el punto de su señal; y para hacer esto con mas comodidad, el cajón se ha de poder levantar en alto, llevando siempre la piedra dentro: lo cual se podrá conseguir facilmente con el auxilio de algunos hierros.


§ CCCLII.

Para dar un barniz eterno á una pintura.

NOTA.

"La confusión, oscuridad é inconexión de las proposiciones de este § es tal, que no es posible entenderla; por lo cual, como la experiencia enseña que la empresa es punto menos que imposible, se ha omitido."


§ CCCLIII.

Modo de dar el colorido en el lienzo.

Póngase el lienzo en el bastidor; désele una mano ligera de cola, y déjese secar: dibújese la figura, y píntense luego las carnes con pinceles de seda, y estando fresco el color, se irán esfumando ó deshaciendo las sombras segun el estilo de cada uno. La encarnación se hará con albayalde, laca y ocre, las sombras con negro y mayorica, y un poco de laca ó lápiz rojo (34). Deshechas las sombras se dejarán secar, y luego se retocarán en seco con laca y goma, que haya estado mucho tiempo en infusión con agua engomada, de modo que esté líquida, lo que es mucho mejor; porque hace el mismo oficio, y no da lustre. Para apretar mas las sombras, tómese de la laca dicha y tinta (de la China), y con esta sombra se pueden sombrear muchos