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150 — Tratado de la Pintura

§ CCCXXXI.

Del humo.

El humo es mas trasparente y oscuro hacia los extremos de los globos que forma, que hácia el medio.

El humo se mueve oblicuamente á proporción del ímpetu del viento que lo mueve.

El humo tiene tantos colores diferentes, cuantas son las cosas que lo producen.

El humo no produce sombras terminadas, y sus contornos están tanto mas deshechos, cuanto mas distantes de su causa. Los objetos que están detras de él quedan oscurecidos á proporción de lo espeso que sea el humo, el cual será tanto mas blanco, cuanto mas próximo á su principio, y tanto mas azul, cuanto mas remoto.

El fuego parecerá mas ó menos oscuro, según la cantidad de humo que se ponga delante de la vista.

Cuando el humo está lejano, los objetos que están detras están mas claros.

Píntese un pais confuso, como si hubiera una espesa niebla, con humo en diversas partes, dejándose ver la llama que siempre hay al principio de sus mas densos globos; y los montes mas altos se verán mas distintamente en su cima que en su falda, como sucede cuando hay mucha niebla.


§ CCCXXXII.

Varios preceptos para la Pintura.

Toda superficie de cuerpo opaco participa del color que tenga el objeto trasparente que se halle entre la superficie y la vista; y tanto mas intensamente, cuanto mas denso sea el objeto, y cuanto mas apartado esté de la vista y de la superficie.