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144 — Tratado de la Pintura

§ CCCXIX.

Por qué se distinguen menos los objetos conforme se van apartando de los ojos.

Cuanto mas apartado de los ojos esté un objeto, menos se distinguirá: la razón es, porque sus partes menores se pierden primero de vista, después las medianas, y asi sucesivamente van perdiéndose las demás poco á poco, hasta que concluyéndose las partes, se acaba también la noticia del objeto distante, de modo que al fin quedan ocultas enteramente las partes y el todo. El color también se pierde por la interposición del aire denso.


§ CCCXX.

Por qué parecen oscuros los rostros mirados de lejos.

Es evidente que todas las imágenes de las cosas perceptibles que se nos presentan, asi grandes como pequeñas, se trasmiten al entendimiento por la pequeña luz de los ojos. Si por una ventana tan pequeña entra la imagen de la magnitud del cielo y de la tierra, siendo el rostro del hombre, comparado con ellos, como nada; la enorme distancia la disminuye de manera, que al ver el poco espacio que ocupa, parece incomprensible: y debiendo esta imagen pasar á la fantasía por un camino oscuro, como es el nervio óptico, como ella no tiene color fuerte, se oscurece igualmente al pasar, y al llegar á la fantasía parece oscura. Para la luz no se puede señalar en este punto y nervio otra causa que la siguiente; y es, que como está lleno de un humor trasparente como el aire, es lo mismo que un agujero hecho en un eje, que al mirarlo parece oscuro y negro, y los objetos vistos en aire aclarado y oscurecido se confunden con la oscuridad.