Cuanta menos cantidad de aire se interpone entre la vista y el objeto, tanto menos participará este del color del aire; y por consiguiente cuanto mas cantidad de aire haya interpuesta, tanto mas participará el objeto del color del aire. Demuéstrase esto asi: sea el ojo N al cual concurren las cinco especies de las cinco partes que tiene la torre A F, y son A B C D E, digo; pues, que si el aire fuese en todas igualmente denso, el pie de la torre F participaría del color del aire con igual proporción que la parte B, respecto á la proporción que hay entre la longitud de la recta M F y la B S. Pero como el aire, según la proposición citada, se va engruesando conforme se va bajando, es necesario que las proporciones con que el aire tiñe de su color las partes de la torre B y F sean de mayor razón que la proporción ya dicha: porque la recta M F, ademas de ser mas larga que la B S, pasa por una porción de aire diferentemente denso. Lámina XVII. Figura I.
§ CCCX.
Los rayos solares que penetran por algunos espiráculos que suelen encontrarse entre la varia densidad de las nubes, iluminan todos los parages en donde hieren, y lo mismo los lugares oscuros, tiñéndolos de su color, y quedando la misma oscuridad en los intervalos de dichos rayos.