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136 — Tratado de la Pintura

§ CCCIII.

De la luz universal.

En todos los grupos de figuras ó de animales se ha de usar siempre ir oscureciendo mas y mas las partes inferiores de sus cuerpos, y lo mismo se ha de observar hácia el centro del grupo, aunque todas las figuras sean de un mismo color. Esto es necesario, porque en los espacios inferiores que hay entre las figuras hay menos cantidad de cielo luminoso, que en las partes superiores de los mismos espacios. Pruébase esto claramente en la figura XVIII, en la cual A B C D es el arco del cielo que ilumina universalmente á los cuerpos que están debajo de él; N M son los cuerpos que terminan el espacio S T R H, interpuesto entre ambos, en el cual se ve con claridad que el parage F (estando iluminado solamente de la parte de cielo C D) recibe la luz de una parte menor que aquella de quien la recibe el parage E; el cual está iluminado de la parte A B, que es mayor que D C, por lo cual ha de haber mas luz en E que en F.


§ CCCIV.

De la correspondencia de los campos con los cuerpos que insisten sobre ellos, y de las superficies planas que tienen un mismo color.

El campo en que insista una superficie plana, si es del mismo color que ella, y ambos tienen una misma luz, no parecerá separado de la superficie, por ser iguales en color y luz. Pero siendo de colores opuestos, y con distinta luz, parecerán separados.