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De Leonardo de Vinci — 67

imágenes humanas aun mas blancas de lo que son; y las blancas por el contrario las oscurecen. Las vestiduras amarillas hacen resaltar el color de las carnes, y las encarnadas las ponen pálidas.


§ CXLVII.

Del color de la sombra de cualquier cuerpo.

Nunca será propio ni verdadero el color de la sombra de cualquier cuerpo, si el objeto que le oscurece no tiene el mismo color que el cuerpo á quien oscurece. Por ejemplo: si en una pieza, cuyas paredes sean verdes, se pone un objeto azul, entonces la parte iluminada de este tendrá un bellísimo color azul, y la parte oscura será de un color desagradable, y no como deberia ser la sombra de un azul tan bello; porque le altera la reverberación del verde que hiere en él; y si las paredes fuesen de un amarillo anteado, sería mucho peor.


§ CXLVIII.

De la Perspectiva de los colores en lugares oscuros.

En los lugares claros, y lo mismo en aquellos cuya claridad se disminuya uniformemente hasta quedar oscuros, cuanto mas apartado de la vista esté un color, estará mas oscuro.


§ CXLIX.

Perspectiva de los colores.

Los primeros colores deben ser simples, y los grados de su diminución deben convenir con los de las distancias: esto es, que el tamaño de las cosas participará mas de la naturaleza del punto, cuanto mas próximas esten á él; y los colores participarán tanto mas del color de su horizonte, cuanto mas cercanos se hallen á él.