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Capítulo VIII

El picaflor y el chajá


Sin un estudio detenido y sin escribir grandes volúmenes, no es posible manifestar las maravillas que a cada paso nos sorprenden en nuestro suelo. Sólo en la ornitología, no son menos de cuatrocientas las especies nuevas descritas por Azara. No me propongo revistar todas las del delta. Entre estos seres alados hay dos que no he podido menos de observar, porque fueron los primeros que impresionaron con viveza mi infantil imaginación, la primera vez que penetré en los encantados ríos de la patria; el uno, grande y majestuoso, cerniéndose entre las nubes, y el otro, diminuto y hechicero, inmóvil en el aire, ante una flor.

"¿Habrá algún hombre que al ver esta preciosa criatura balanceada entre el susurro de sus pequeñas alas, en el seno de los aires donde se halla suspendida como por encanto, girando de flor en flor con un movimiento tan gracioso como vivo, continuando su curso del uno al otro extremo de nuestro vasto continente, y produciendo en todas partes transportes siempre nuevos, ¿habrá algún hombre, pregunto, que habiendo observado esta brillante