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Agricultura del delta. — 247

a su contextura esponjosa y suelta que da facilísimo acceso a las raíces capilares, y les presenta todos los principios minerales que contiene; que da salida, ya por la infiltración, ya por la evaporación, a todo exceso de humedad; que atrae de las capas inferiores la necesaria para la nutrición de las plantas; que se impregna de los rocíos, y se deja penetrar lo bastante del sol y del aire para suministrar a las raíces el calórico y los gaces que necesitan.

Conforme a estas condiciones, la experiencia ha enseñado que en el delta, para el cultivo de los árboles de toda clase, no se ha de remover el terreno, sino únicamente hacer el hoyo necesario para plantar los de raíz, y meramente clavar los de estaca. Mas para las plantas anuas, u hortalizas, conviene hacer una cava somera para desarraigar las malas yerbas y facilitar la operación de cubrir las semillas. Una vez hecha la plantación, o la sementera, no se vuelve a tocar la tierra, sino para sacar o carpir las malezas, trabajo que se debe hacer con guadañas de hoja corta y fuerte.


ABONO

La fertilidad de un terreno es inagotable cuando es administrado según las sabias leyes de la naturaleza. Un prado, un bosque incultos, jamás se esterilizan, porque la mano inhábil del hombre no ha entrado a perturbar la armonía de estas leyes. Florestas tan antiguas como la tierra, reverdecen, fructifican y se reproducen incesantemente, sin que el suelo pierda un ápice de su virtud primitiva, porque le vuelven día por día, en