Página:El Tempe Argentino.djvu/175

Esta página ha sido corregida
Las flores olorosas, la oruga de esquife. — 173

retira el esquife del amarradero y lo deja columpiándose entre sus dos maromas. La forma aovada del casco de la embarcación es necesaria para que la oruga pueda darse vuelta dentro de la bodega, a fin de sacar la cabeza, ya por una, ya por la otra escotilla, según lo exija la maniobra del esquife.

Cuando le llega el tiempo de pasar al estado de crisálida, corta una de las maromas y ata fuertemente el esquife por una de sus proas a una rama delgada, quedando en posición vertical mientras se opera la metamorfosis. No conozco la mariposa ni he observado la historia de la oruga de esquife; pero tengo por cierto que tan peregrino insecto es indígena de este país, que sólo vive en el arrayán, y que ésta es la primera noticia que se publica de su existencia.