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Capítulo XXI

La avispa solitaria


Entre los insectos que se distinguen por su elevado instinto y por su industria, al más admirable por la apariencia de previsión y de ciencia, y por su industria y su historia sorprendente, es una avispa solitaria, que aun no tiene nombre porque nadie ha penetrado todavía, con los ojos de la investigación, al arcano de su vivienda. Esta avispa es grande, de más de una pulgada; su cuerpo es esbelto, negro, lustroso, sin vello, y las alas de color café. Sus movimientos son vivos y graciosos, es inofensiva, y tiene un canto melancólico, de sonidos dulces y vibrantes, parecidos a los que resultan girando un corcho por el borde de un vaso de cristal.

No es necesario ir a los campos o a los bosques para observarla; ella misma se nos presenta confiadamente y se establece en nuestras casas, para ejecutar a nuestra vista y ofrecer a nuestra contemplación la obra artística de su ciego instinto, y los admirables resultados fisiológicos de sus misteriosas