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156 — El Tempe Argentino.

contento cuando se le tiene cautivo en un vaso con alguna fruta para su alimento.

Hay en el delta otro insecto luminoso que por su belleza considero sin par en la entomología. Refiere Azara que "vio en el Paraguay un gran gusano de cerca de dos pulgadas de largo, cuya cabeza por la noche parece un carbón ardiente, y tiene además en todo el largo del cuerpo de cada lado una hilera de agujeros redondos, semejantes a ojos, de los que sale una luz débil, amarillenta". El que he visto yo es una oruga del mismo tamaño, pero toda luminosa. Su cuerpo se compone de siete artejos que son otras tantas luces permanentes; la que corresponde a la cabeza es rojiza, y las demás son verdosas. No se puede dar un objeto más precioso y admirable, visto en la obscuridad de la noche. Si se presentase una joya de luces tan bellas y de tan suave brillo, no tendría precio.