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El ocelote y el micuré. — 105

podido ser tan fácilmente seducido, cual lo sería al presenciar los cuidados de la sariga madre, y todas las circunstancias que acompañan a la crianza de sus hijos. Por fecunda que fuese la imaginación del poeta, imposible le sería hermosear la pintura de este sentimiento maternal con más encantos que los que la naturaleza nos presenta en este cuadro.