Página:El Tempe Argentino.djvu/102

Esta página ha sido corregida
100 — El Tempe Argentino.

placeres. El inseparable caballo para buscar y perseguir al yaguareté, algunos perros para descubrirlo y provocarlo, un chuzo corto y una daga para matarlo, es todo el equipo y armamento del que va a luchar con el animal más vigoroso y feroz del Nuevo Mundo. Por muy dichoso se tendría nuestro intrépido cazador, y muy pronto cubriría su corcel de chapeados y jaeces de plata, si encontrase un tigre siquiera cada día, pues que su valor y su pericia le dan la seguridad de darles caza y acogotarlos a mansalva; pero está ya muy rara la especie en el bajo Paraná, y no hacen frente al hombre sino cuando se ven hostigados por los perros. Entonces el impertérrito cazador, echa pié a tierra, se adelanta hacia la fiera, espera que se abalance, y si no arremete contra ella hiriéndola con su chuzo, y si éste llega a fallar, hace uso de la daga, dándole golpes certeros y mortales para no desgarrar la valiosa piel. Más de una vez, buscando las emociones del sublime espectáculo de esta lucha, he cometido la imprudencia de acompañar al cazador de tigres; pero mi adversa o favorable suerte rehusó cumplir mi intento temerario, pues no dimos con ninguno, a pesar de haber hecho largas excursiones a caballo, durante días enteros y con buenos perros de pista, por la dilatada isla de Santa Fe, entonces inhabitada y montuosa.