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EL ROBINSON SUIZO.

tanto os embelesa; reparad en sus flores, ¡qué lindas son! ¡y cuánto mayor es su utilidad!

—Verdad será, contestaron los golosos con la boca llena; cuando dé fruto, entónces juzgarémos; lo que es por ahora nada hay mejor que la piña.

—¡Ah glotones! pensais como la generalidad de los hombres, y no juzgais las cosas sino por las apariencias. Por vuestros ojos mismos os vais á convencer de la positiva utilidad de esta planta. Díme, Ernesto, tú que eres el más sabio, ¿cómo te compondrias para obtener lumbre si no tuvieses eslabon ni pedernal?

—¡Oh! haria como los salvajes; frotaria dos pedazos de madera uno con otro hasta que encendiesen.

—Pesadito es el medio, y de seguro no lo has ensayado aun; además, se necesita una madera especial que no en todas partes se encuentra, miéntras que con esta planta que tanto despreciais tendré lumbre en un momento, como lo vais á ver.

Corté uno de los tallos más fuertes del karatas, le saqué una especie de médula que tenia dentro, y machacándola entre dos piedras, salieron chispas que encendieron la mecha en un instante. Atónitos quedaron los niños al presenciarlo, y más todavía cuando les expliqué las demás propiedades de tan precioso vegetal. Mi esposa sobre todo recibió una grande alegría cuando supo que le proporcionaria hilo. Para hacerlo más palpable arranqué unas cuantas hojas del karatas, las partí por la mitad, y empecé á sacar gran cantidad de hilos fuertes y flexibles. Unicamente objetó mi esposa que sería operacion pesada ir extrayendo las hebras una á una, á lo que respondí que, dejando secar las hojas al sol, los hilos se desprenderian por sí mismos [1].

—¡Qué felicidad para nosotros, me dijo entónces la buena madre, que hayas leido tanto, y con tanto aprovechamiento! En nuestra ignorancia, todos hubiéramos pasado delante de este tesoro sin conocer su valor.

—Ahora conozco que tenia V. razon, papá, dijo Federico; el karatas vale infinitamente más que la piña; pero dígame ahora, ¿de qué pueden servir todas esas otras plantas llenas de espina, sino para lastimar á las gentes?

—Juzgas muy á la ligera, le respondí, esos vegetales prestan su respectiva utilidad; unos contienen jugos ó resinas, que tienen su aplicacion en la medicina, otros sirven para las artes ó la industria. El nopal ó la higuera chumba, por ejemplo, es un arbusto de los más interesantes. Crece sin el menor cultivo en los terrenos más áridos, y á más del fruto que da, que es una especie de higo de buen sabor y refrescante, sirve de vallado para cercar los campos y las casas.

  1. El nombre de carata ó karata dado á esta especie de aloe silvestre es privativo del idioma indo. Pertenece á la familia lilácea, porque sus tallos se componen de filamentos, que se pueden hilar. El autor se hace aqui mencion del aloe chino cuya madera es aromática y sirve para perfumar las habitaciones y vestidos (N. del Trad.).