Página:El Robinson suizo (1864).pdf/65

Esta página ha sido corregida
54
EL ROBINSON SUIZO.

animal dañino. La perra iba delante de exploradora, y cuando estuvímos cerca de la espesura, Bill se abalanzó al cañaveral con su ímpetu ordinario, y levantó una bandada de flamencos, que batiendo las alas con gran ruido se elevaron en los aires. Federico, que siempre iba alerta, y sobretodo en esta ocasion, disparó al grupo, y consiguió derribar dos de aquellas aves. La una quedó en el sitio, y la otra, herida levemente en el ala, echó á correr con increible rapidez; y no pensando el niño sino en recoger la muerta, lo hizo con tal precipitacion que por poco no se hunde en el fango. Para evitarlo fuíme por el otro lado por si conseguia atrapar al pájaro herido, que de fijo se hubiera largado á no interponerse Bill que le cortó la retirada, y cogiéndole por un ala, lo trajo medio arrastrando á mis pies. Atéle las alas para que no se escapase, y lo mostré á mis hijos cuyo alborozo no tuvo límites al ver que aun estaba vivo.

—¿Si estará mal herido? decian.

—¡Qué lástima que no se le pueda curar!

—¡Gusto seria domesticarle y que se quedase con nosotros!

—¡Qué pluma tan hermosa, exclamaba Ernesto, y cuán vivos y brillantes colores! Es extraño, prosiguió el jóven observador, que esta ave, que tiene los dedos de la pata apropiados para nadar como los gansos, las tenga al mismo tiempo tan largas como la cigüeña, lo cual le permite correr tanto por tierra como por agua.

—Y puedes añadir, como vuela por el aire, porque sus alas son á cual más fuertes y consistentes. Existen otros géneros de aves que reunen todas estas ventajas.

—¿Y todos los flamencos, preguntó Federico, tienen como este el cuerpo de color de rosa y las alas encarnadas? Me parece haber visto entre los que se remontaron algunos de color ceniciento.

—¡Ah! contestó Ernesto echándola de entendido en la materia, esos que dices son los más jóvenes; los viejos son los que tienen tan hermosos colores.

—Pues en ese caso, el que yo he muerto duro será de cocer, porque tiene una pluma bellísima; sin embargo, nos lo llevarémos para que lo vea mamá [1].

Entusiasmados con su caza los niños se ocuparon, el uno en atar al ave por las patas para llevarla con más comodidad á donde estaba su madre, y el otro, á vendar con su pañuelo á la que estaba herida para que padeciese lo ménos posible. En tanto yo elegí algunos carrizos de los que usan los salvajes de América

  1. Mejor que flamencos, que parece indicar como cosa relacionada con el país de Flándes, debian llamarse estas aves flamantes, porque la etimología viene de haber llamado los griegos á sus alas flammantes, lo cual significa ardiente, encendido, ó brillante. Su verdadero nombre antiguo es fenicoptero, y pertenece al género de las aves zancudas, y familia de las pixidirostras. En la costa meridional de la isla de Haiti hay una bahía que por abundar en ella estas aves se le da el nombre de Bahía de los Flamencos (Nota del Trad).