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EL ROBINSON SUIZO.

dad á sus orillas. Intenté salir de la bahía por donde habia entrado, pero el flujo comenzaba y hube de renunciar á mi proyecto, siendo preciso remontarme á lo largo de las rocas, donde encontré numerosos animales marinos de los que no veia más que las cabezas, y que me parecieron del tamaño de un becerro. Despues de observar algun tiempo sus juegos y diferentes evoluciones de un lado á otro, no quise exponerme á que se divirtiesen conmigo, y amarrando el caïack á una roca, salté en tierra, y con la carabina y el águila me preparé á apoderarme del primero que se acercase á la orilla, pues no queria regresar sin una de esas bestias que por su redondez semejaban maletas llenas, y cuya piel cubierta de pelo corto y espeso me pareció nos sería de alguna utilidad. Uno de los anfibios se aproximó más de lo que le convenia adonde estaba yo oculto, y le solté el águila, que elevándose majestuosamente abatióse luego sobre él clavándole las garras. Con el gancho del bichero pude atraerlo á la orilla, donde le rematé con el hacha. El resto de la tropa desapareció como por encanto.

En seguida juzgué absolutamente necesario destripar al animal, cuyo peso era excesivo para el caïack, y miéntras lo hacia me interrumpió una muchedumbre de aves marinas que me asaltaron con tal tenacidad é impaciencia, que me ví precisado á defenderme repartiendo palos á derecha é izquierda. Fatigado de esta lucha de nuevo género empuñé el hacha y á la ventura eché por tierra un gran pájaro de tamaño y fuerzas extraordinarios, que á lo que yo pienso era un albatros [1]. Sus mayores plumas me sirvieron para terminar mi tarea, y con un cable até la nútria marina, pues tal creo que es el nombre de este animal [2], á la proa del caïack junto al saco de ostras para traerlo todo á remolque. Ya era tiempo de pensar en la vuelta. El reflujo me facilitó la salida de la bahía por entre las rocas, y en breve me hallé en paraje conocido, viendo flotar desde léjos nuestro pabellon, y oyendo el cañonazo que anunciaba mi bienvenida.

Tal fue la relacion de Federico; y en cuanto cesó de hablar, la turba de los oyentes se precipitó entusiasmada á examinar los ricos tesoros con que acababa de enriquecerse la colonia, miéntras la buena madre hacia lo mismo respecto de lo que pudiera atañer á sus talentos culinarios.

—Aquí teneis, decia Ernesto á sus hermanos, haciéndoles reparar en las perlas, una riqueza imponderable que en otras circunstancias nos igualaria á los más grandes potentados. La Europa paga grandísimas sumas por las perlas finas que el Oriente envia. El gobierno inglés, en 1804, vendió á una empresa en más

  1. Por albatros se entiende un género de aves palmípedas que comprende las aves acuáticas mayores y más voraces.
  2. Las nútrias son del género de mamíferos carniceros ditígrados cuyas especies son esencialmente acuáticas y nadadoras. Las comune y más pequeñas se encuentran en los rios; más las grandes que forman otra especie habitan en el mar. La nútria es parecida y mama como el perro, y puede domesticarse. (Notas del Trad.)