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EL ROBINSON SUIZO.

—El jaguar, respondió el sabio con gran calma, es el tigre más feroz de América. Su piel es soberbia; los naturalistas la llaman felis concolor; tiene..... [1].

—Tiene... le interrumpió Santiago á quien la palabra tigre le enteraba bastante; tendrá todas las cualidades que quieras, pero declaro formalmente que no voy á la caza del tigre.

Y eso diciendo apretó á correr hácia la gruta donde se entró precipitadamente sin atender á razones. A poco le vímos reaparecer en la galería pálido y trastornado, y soltámos la carcajada burlándonos de él. Maese Ernesto le declaró ser él mismo la primera causa de su terror.

—De tu morral ha salido el jaguar, del morral que por el camino nos has ocultado con tanto misterio, y por el cual no has querido venir con nosotros para llegar primero á Felsenheim. Allí, allí está el tigre de magnífica piel y el mónstruo que te ha hecho tomar soleta. Has caido en tu propio lazo, y te está bien empleado.

Este gracioso incidente amenizó algun tanto la monotonía de nuestra vida, y Santiago pagó lo principal de la fiesta, llamándole todos á cada paso el caballero del jaguar y el héroe de las ranas, vengándose de las pullas con que á veces abrumaba á sus hermanos.

Ernesto me preguntó entre comida si las ranas gigantescas de maese Santiago eran las mismas que en el Cabo de Buena Esperanza llevan el nombre de opplaser, tan celebradas por su fuerte graznido.

Despues de recapacitar un breve espacio respondíle que la primera especie era originaria de América, donde alcanzara el tamaño de un conejo, miéntras que la segunda habita en el Cabo, y durante los fuertes calores apénas descansa un momento en su grito agudo y prolongado; pero que no podia aun decidir si el animal en cuestion era verdadera rana, ó una especie de cigarra [2]. De todos modos, y como siguiesen taladrándonos los oídos los nuevos huéspedes del estanque hallados por Federico en la última expedicion y entregados por él á Santiago á sus repetidas instancias, añadí que semejantes músicos no eran muy de mi agrado, pues satisfecha la curiosidad del momento nos fastidiarian con su canto pero que se les podria dejar en paz con la esperanza de que la garza pronto les impondria eterno silencio.

Al cabo de algunos dias, cuando quedámos algo libres de las ocupaciones inherentes al último viaje, mi esposa me hizo pensar en Falkenhorst y el castillo aéreo, que casi teníamos olvidado desde el descubrimiento de la gruta de sal.

  1. El jaguar es una especie de tigre originario de América, de una fuerza prodigiosa. Cuando se ha llegado á acostumbrar á la carne humana la prefiere á los demas alimentos. Se le considera más feroz que el tigre, y es de mayor tamaño. Su piel y demas accesorios son parecidos.
  2. La rana que aquí se menciona se llama en botánica bulfroc ó rana bramante. Tiene de longitud diez pulgadas y la fuerza de su voz es tal que puede compararse con el mugido de un toro. Es verde por encima y amarillo por debajo con manchas negruzcas. (Notas del Trad.)