Página:El Robinson suizo (1864).pdf/383

Esta página ha sido corregida
340
EL ROBINSON SUIZO.

que el riesgo ha pasado, no hablemos más de ello; pero sí podemos alabarnos de la solidez de nuestras embarcaciones; la piragua de corcho ha resistido á la tormenta como un navío de tres puentes, y ya sin cuidado iria con ella al socorro de cualquier buque por violento que fuese el temporal.

—¡Ah! bien por la piragua, contestó Federico; la concedo sin disputa el privilegio de solidez que reclama; pero el caïak no ha salido ménos triunfante de la terrible prueba, ni merece ménos el honor de la jornada; con él no me quedaria el último acompañando á la chalupa. Con ambas embarcaciones, papá, ya podrémos alargarnos á buscar los buques que pudieran hallarse en peligro, estacionándonos en tiempo tempestuoso en la isla del Tiburon, donde podria construirse una batería de socorro con una bandera que de léjos se divisase. El cañon serviria de aviso, y en los dias serenos el pabellon bastaria para anunciar nuestra presencia, y un buen anclaje en la Bahía del salvamento. ¡Quién sabe si por ese medio lograrémos algun dia abandonar esta playa desierta!

—¡Sí! ¡sí! excelente idea, así verémos hombres, ¡hombres como nosotros! repitieron los chicos entusiasmados por el dulce y natural instinto de sociabilidad que entre sí liga á todos los miembros de la raza humana.

—No hay duda que podrá suceder, respondí; pero esto sería bueno si contase con la fuerza de Sanson; entónces cogeria un cañon en cada brazo y los subiria á la cima de las rocas con la misma facilidad que aquel sacó de quicio las columnas del templo. ¡Ah, queridos! vuestra imaginacion todo lo arregla á medida del deseo, y tiene que ver la prontitud con que allanais las dificultades. ¡Pues no habeis dicho nada! ¡Construir un fuerte en medio del mar y artillarle con la sola fuerza de un hombre auxiliado de cuatro niños y de una mujer! ¡grande ayuda!

—¡Cómo grande ayuda! repitió mi esposa con ligera ironía, extraño mucho que así hables cuando hemos hecho cosas que te han parecido increibles. Creo que en vez de burlarte de la proposicion deberias aplaudirla, y ¡quién sabe si los obstáculos que la imaginacion de mi hijo te sugiera llegarán á convertirse en nuevos triunfos de que te gloríes!

—¡Está bien, mujer, está bien! si os parece bien, repliqué riéndome, aplazarémos ese último y glorioso triunfo que se me prepara, y por ahora nos dedicarémos á poner en seguridad nuestra escuadra por via de preliminar.

En seguida arrastrámos la piragua hasta internarla en la playa; el caïak se trasladó á la gruta, y la cabeza de la morsa ó vaca marina, así como las tiras de su piel pasaron el taller para recibir la preparacion necesaria ántes de adornar el barco groelandes.

Con el copioso aguacero la crecida del Arroyo del chacal habia inundado la campiña y destrozado en parte muchas de nuestras construcciones que exigian pronta reparacion, con especialidad la fuente y el acueducto.