Página:El Robinson suizo (1864).pdf/352

Esta página ha sido corregida
313
CAPÍTULO XLVIII.

jara á la isla, en tres años jamas habia podido vencer el terror y la ansiedad que la causaban las travesías por mar, al que llamaba siempre traidor y pérfido.

No obstante, razones más poderosas me estimularon á construir el caïak, siendo la principal el ocupar á los niños, y así todos pusímos manos á la obra, prometiendo á la buena madre presentarla un verdadero modelo que por su solo aspecto desvaneciese al ménos en parte la injusta prevencion que abrigaba.

El caïak, única embarcacion que usan los groelandeses, es una especie de canoa en forma de cáscara de nuez, labrada con dos ó tres grandes trozos de ballena y una piel de foca. Es tan ligera, que á veces el navegante que la usa para surcar un rio, en llegando á tierra se la echa á cuestas. Es increible el arrojo y destreza del groelandes cuando maneja su portátil esquife; con él efectua largos viajes, caza las focas, lijas y otros mónstruos marinos que abundan en sus costas, y ya esté quieta ó alterada la mar, su caïak nunca zozobra, sube y baja con las olas cual leve pluma, ó bien se balancea dulcemente cuando el agua está mansa y tranquila. El marino groelandes no conoce el miedo ni teme nunca el naufragio. Con las piernas cruzadas en el esquife y bogando, parece identificado con la embarcacion misma que le conduce. Al groelandes en fin con su caïak se le puede llamar el hombre-barco.

No tiene pretensiones de civilizado ni de conocedor de las artes: su esquife por demas tosco y sencillo, aunque de airosa forma, es incómodo para el navegante, por cuya razon me propuse hacer una cosa más acabada, pues el ingenio industrial que se habia desarrollado entre nosotros ya no nos permitia imitar ciegamente la obra de un pueblo salvaje, que el talento europeo podia mejorar á poca costa. En resolucion, nuestro caïak no debia parecerse al groelandes sino en la flexibilidad y ligereza.

Barbas de ballena, cañas de bambú, mimbres y pieles de lija fueron los materiales de que se echó mano para esta obra. Las ballenas más gruesas sirvieron para los costados, y otras más delgadas, entretejidas con mimbres y musgo bien embreado completaron el casco. El primer perfeccionamiento que dímos al botecillo fue disponerle de tal suerte que el remador pudiese permanecer sentado; miéntras que en los caïaks groelandeses habia de estar con las piernas cruzadas ó extendidas en el fondo del esquife: posiciones incómodas que privan al navegante de buena parte de sus fuerzas. A esto se añadieron otros ornatos, productos de nuestra invencion, como una forma más prolongada y esbelta, una ligereza y elasticidad suma, unidas á la mayor solidez. Al hacer la primera prueba, cuando se botó al agua, á pesar de estar muy cargado, caló sólo dos pulgadas. Cerca de un mes se empleó hasta la conclusion de esta obra maestra; pero salió tan bien, y los niños se prometieron tanto de ella, que se dió por bien empleada la faena, á la que habia de sucederse luego otra.

Terminado el casco y calafateado por dentro con musgo y goma elástica, para forrarlo por fuera tomé dos pieles de vaca marina, enteras, ó sea sin rotura