Página:El Robinson suizo (1864).pdf/350

Esta página ha sido corregida
311
CAPÍTULO XLVIII.

el paladar con algunas golosinas que hasta entónces no habia podido hacer por falta de vajilla.

Satisfecha la primera necesidad, pensóse en el lujo. Los platos y tazas de loza de que ya nos servíamos, á pesar de su hermoso barniz blanco y trasparencia nos parecian ordinarios y de poco gusto. Santiago deseaba tuvieran las piezas esmaltes y dibujos de colores que tanto las realzan y embellecen; pero la pintura en porcelana era un arte de pura ostentacion que requeria conocimientos especiales y primeras materias apropiadas al caso de que carecíamos. Sin embargo, echando mano de los objetos que poseia, ya que no me era dado estampar flores y paisajes como en las vajillas de China, satisfice el capricho de mi hijo en lo posible, dando lujosa apariencia á algunas piezas.

Entre los objetos salvados del buque habia varias cajas de collares, brazaletes y otras bujerías de vidrio de diferentes colores, para trocarlos con los de América. Las reuní todas y reduje á polvo en el célebre mortero de hierro que sirvió para dar salida á la pinaza; y en seguida mezclé el polvo con el barro de porcelana, el cual puesto al fuego, segun habia previsto dió por resultado unos abrillantados matices y degradacion de colores junto con un esmalte que superó mis esperanzas. A pesar de tan imperfecto sistema el éxito de este ensayo me proporcionó un juego de café completo y otras varias piezas que hubieran podido figurar en cualquier mesa, pareciéndose más á la porcelana china que á la inglesa.

A los utensilios que podian labrarse con el torno sucedieron los fabricados con moldes de madera, y despues con otros de barro comun de caprichosas formas, que cocidos en el horno sirvieron para modelas vasos, jarrones, flores y otras piezas de lujo, enriquecidas con relieves y otros ornatos, que si bien distaban de rivalizar con los productos de China ó de Sévres, atestiguaban al ménos la intencion de imitarlos. Mi esposa é hijos iban depositándolo todo con orgullo en el escaparate del comedor, nuevo y artístico museo debido exclusivamente á nuestra industria, tanto más recomendable cuanto que al ingenio particular del individuo movido por la necesidad debia su orígen.

Viniéndosenos encima la estacion de las lluvias fue preciso renunciar á nuestras excursiones. Los vientos y aguaceros comenzaron á inundar la campiña como en los años anteriores, y el cielo, ántes tan puro y sereno, se cubrió de nubarrones, anunciando con la llegada del invierno terribles huracanes y frecuentes tempestades. Hubo que cerrar la puerta de la gruta y ocuparse exclusivamente en las pacíficas tareas reservadas para aquella época del año. El torno de alfarero siguió funcionando miéntras hubo tierra á propósito y hasta que fue imposible salir para otro acopio.

Los huevos de tortuga, cuyos cascarones se conservaban partidos por igual y con elegantes piés de madera esmeradamente torneados, se convirtieron en graciosas copas y jarrones destinados aquellos para beber y estos para floreros durante el verano.